Un pequeño voladizo no da suficiente refugio durante la repentina lluvia por la tarde, la cual es muy común en Mérida. Toco la puerta de madera y agito el protector de hierro pero la música de adentro ahoga cualquier intento de ser escuchada. Justo cuando estoy a punto de rendirme, la puerta se abre y una fuerte esencia de solvente y pintura escapa para mezclarse con el pavimento mojado de afuera.

A veces cuando entro al reino de un artista, me dominan sentimientos de asombro e incredulidad. Asombro hacia lo que estoy por descubrir e incredulidad por la caótica fusión de la vida con el arte. La casa/estudio del pintor mexicano Irvim Victoria es como la selva tropical yucateca que a él tanto lo inspira, hay arte tragándose todas las cosas en su camino. La mesa está camuflada con pintura; una silla ha cambiado su función al volverse una rejilla para ropa de trabajo; y un sofá ha sido sofocado por lienzos.

“Acabo de terminar esa serie de paisajes”, dice Irvim mientras admiro las piezas sobre el sofá. “Fue parte de un programa de becas en el cual trabajé por un año. Me llevé mis lienzos a lugares como Celestún y Sisal y trabajé en el sitio. Luego hice otra serie, una interpretación más abstracta de esas pinturas. Ahora estoy haciendo algunos dibujos, e incluso estoy colaborando con mi amigo y artista Juan Pablo en piezas de gran tamaño… me gusta trabajar a lo grande”, él sonríe.
Nos encaminamos a la parte trasera del estudio, donde el artista Carlos Pliego está pintando. Esta parte del estudio está llena de luz, con techos lo suficientemente grandes como para acomodar los lienzos de gran tamaño que Irvim prefiere. Pliego tiene su propio estudio pero ellos se juntan unas cuantas veces durante la semana para pasar el rato y pintar.
¿Dónde se conocieron?

“Nos conocimos en el ESAY (Escuela Superior de Artes de Yucatán) aquí en Mérida, los dos estábamos estudiando pintura,” Irvim responde de primero. “Sí, pero yo me salí,” Pliego admite. “Eso no era para mí, decepcionantemente para mi madre. Ella pensaba que yo necesitaba un pedazo de papel para ser un pintor pero yo sabía que eso no era verdad. Así que trabajé mucho e hice muchas pinturas que vendí en las calles y en mi casa”.

“Yo comencé a pintar en madera que encontraba ya que no tenía dinero pero poco a poco, con ayuda de personas como Gerardo Gamboa en la Galería La Eskalera, comencé a vender más de mis obras. A partir de ahí, ya era capaz de comprar lienzos y eventualmente encontré un estudio en el cual podía vivir y trabajar.”
¿Y qué hay de ti Irvim, cuál fe tu primer “break”?
“Pliego”, dice Irvim. “Yo vivía en un departamento muy pequeño cerca del mercado y no tenía algún cuarto en el cual pudiera pintar. Pliego acababa de rentar un gran espacio con su novia y me preguntó si quería compartirlo con él, lo cual por su puesto yo quería. Yo estaba terminando una pieza para entrar en el Bienal de Yucatán cuando conocí a una pareja de Santa Fe que vino a ver a Pliego. Ellos se enamoraron de mi pintura y la compraron”. Él se pausa por un momento antes de continuar. “La otra cosa importante para mí fue tener la posibilidad de exhibir en el MACAY (Museo Fernando García Ponce) siendo un estudiante. El MACAY tiene una importante relación con el ESAY que proporciona a muchos de los estudiantes la oportunidad de mostrar su trabajo de una manera profesional. Mi trabajo fue muy bien recibido y yo estaba agradecido por la oportunidad.

Irvim y Pliego tienen una diferencia radical en su estilo de pintar pero es claro que ambos comparten un respeto mutuo hacia sus trabajos. Les pregunto a ambos sobre qué es lo que más admiran acerca del otro como artista.
“Yo aprecio sus trazos sueltos y libres, su crudeza,” dice Irvim. “En general, las pinturas de Pliego tienen un sentimiento de ferocidad o libertad…”
“Para mí” Pliego interrumpe, “el acto de poner pintura sobre un lienzo es muy físico y aun así, a veces es muy sensible y suave por lo tanto tengo que aprender a controlarme”. El hace una pausa, como si estuviera midiendo la seriedad de la pregunta. “Irvim y yo comenzamos a trabajar juntos teóricamente, y luego llegamos a un punto donde yo esperaría a ver qué es lo que él está haciendo. Él es como un científico, siempre experimentando con las cosas, y él me inspira… tenemos una reciprocidad”, el añade, batallando con la palabra en Inglés pero yo sé exactamente a lo que se refiere.
Esta es la primera vez que Irvim y Pliego estarán participando en el Tour de Estudios de Arte aquí en Mérida, y como estarán colaborando, yo les pregunto si considerarían pintar “en vivo” ese día. “Absolutamente,” Pliego sonríe, “¡pintar es una fiesta!”
Una vez más, la Merida English Library será anfitriona de un tour de alrededor de 25 estudios de artistas nacionales e internacionales en Mérida. Este tour en el que tú eres tu propio guía, el Tour de Estudios de Arte, es una oportunidad única para conocer y platicar con los artistas, y se llevará a cabo el sábado 18 de febrero del 2017. Visita la Merida English Library para más información sobre los artistas y detalles del tour.
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